Hemos dicho que todos nosotros somos pura energía. Nuestro
sistema energético está gestionado básicamente por los chakras, que son los
vórtices que concentran esa energía, y los canales de distribución de la misma
(la médula espinal, los meridianos, etc.) que son los sitios (los conductos)
por los que la energía se distribuye a través de nuestro cuerpo. El aura es
además el campo electromagnético que todos producimos y que tiene su origen en
los chakras, como consecuencia de esa energía de la que estamos hechos.
Todo lo que hacemos, decimos, pensamos, etc. genera una
energía que tarde o temprano nos viene de vuelta. Esa fuerza, ese karma, se va
acumulando en nuestro interior, creando “cúmulos” energéticos “negativos”. Lo
siento por los románticos, pero es como tener pegotes de grasa en diferentes
partes de las tuberías y grifos del cuerpo (o pegotes de cal, que para el caso
nos da lo mismo). Esa energía se sigue acumulando con cada acción “negativa”
que lanzamos, y se limpia un poquito con cada acción positiva. Al igual que
podemos pasarle un anti-cal a nuestra grifería y tuberías para limpiarlas, lo
mismo podemos hacer con nuestros chakras (y no, no es pecado quitarse el karma
negativo que nos hemos creado).
El mejor antigrasa, un chorro de luz
La energía densa del karma negativo solo se puede eliminar
con otro tipo de energía de mucha más “pureza” y alta frecuencia. En este caso,
la luz violeta, que posee una de las frecuencias más altas de todo el espectro
lumínico, es la única fuente de energía que nos permite deshacer y eliminar la
grasa de nuestros chakras. La luz violeta es para nosotros el antigrasa
perfecto, y la herramienta que hemos de usar para ello.
El proceso de limpieza
Cierra los ojos, ponte cómodo, relájate, estírate en el sofá
o en la cama o siéntate en la posición de loto. Mantén la espalda recta, busca
un sitio donde no te pueda distraer nada ni nadie al menos durante media hora.
Fuera teléfonos.
Observa tu respiración. Simplemente para que te mantengas
concentrado y tu mente no divague con los problemas del día a día o tus
preocupaciones mundanas. Cuando te sientas más o menos relajado y tranquilo
imagina que por tu chakra de la cabeza (coronilla) entra un rayo potente de luz
violeta. El color violeta es lo importante, la luz tiene que ser aquella que
pueda ayudarnos a deshacer el karma, por su frecuencia y componente energético,
así que esfuérzate por recordar y visualizar el color violeta.
Imagina que ese chorro de luz violeta te va llenando como si
fueras un vaso de agua, va entrando por tu cabeza y va llegando a los pies,
piernas, cuerpo, brazos, etc. Estas lleno de luz violeta y esta está empezando
a hacer su trabajo. Todo aquel bloqueo que encuentre intentará disolverlo por
el simple hecho de poseer una frecuencia más alta.
Deja pasar unos minutos, o el tiempo que quieras, y dirige
luego ese chorro de luz violeta hacia cada uno de tus chakras, imagínatelos,
por ejemplo, como si pusieras una llama violeta debajo de cada uno, quemándolos
(o por lo menos calentándolos) y de repente, al calor de la llama, empieza a
salir un humillo negro de tu chakra. Es el karma que se está quemando. Ese
humillo sale de ti, se dispersa en el aire, desaparece. Es karma que ya no
volverá.
Mantente un buen rato en cada chakra hasta que hayas quemado
un poco de grasa de cada punto. Imagínate como ese humo negro que sale se
desvanece y como cada vez te sientes más ligero, pues te estas quitando un peso
de encima.
Cuando hayas terminado con todos los chakras tienes toda la
libertad para jugar con la luz violeta como quieras, yo hago un repaso por el
aura, imagino que la llama se convierte en una amatista que guardo dentro de
cada chakra para que siga “quemando” por si sola, etc. y al salir de la
meditación procura ver si notas que te sientes más lívido y relajado. Con una
media horita igual has quitado karma acumulado en un mes, así que ya te puedes
imaginar lo que debe llegar a costar quitar karma acumulado durante muchas
vidas. Pero se puede hacer, quizás lo gordo cueste y haya que estar quemando
humo mucho tiempo, pero vale la pena, ¡la de situaciones que te ahorras solo
por el hecho de no tener karma acumulado que te obligue a pasar por ellas!
Aquello que das es lo que recibes. Genera karma positivo y
no tendrás que preocuparte por evitar que tus malas “acciones” vuelvan a ti. El
proceso de limpieza nos ayuda a quitarnos de encima cosas que en este momento
no tienen sentido para nosotros y son un lastre (por algo que hicimos
anteriormente y cuya repetición, de vuelta, ya no puede enseñarnos nada o
hacernos mejorar en algún sentido). El resto, aquello que siga siendo importante
para nosotros tanto para bien o para mal, seguirá apareciendo en nuestra vida.
"Cuando a fuerza de trabajo, de abnegación, de sacrificio, un
ser humano se ha liberado completamente, ya no tiene ninguna deuda kármica que
pagar, ya no está sometido a la ley de la reencarnación. Las regiones
celestiales son ahora su morada y vive allí en la beatitud y en la luz.
Pero entre estos seres que se han liberado, hay algunos de
ellos que, viendo el sufrimiento de sus hermanos humanos en la tierra, deciden
volver para ayudarles. Cuando se ha vivido en la tierra, no se puede borrar absolutamente los recuerdos
de las experiencias que se han hecho y cortar
los lazos con ella. Así pues, incluso si son libres, incluso si saborean las
alegrías del infinito y de la eternidad, ciertos seres sienten la necesidad de
dirigir una mirada sobre estos pobres humanos entre los cuales han vivido en
otro tiempo, y a pesar de toda la distancia que los separa, se sienten todavía
unidos a ellos.
Tras siglos e incluso milenios, se acuerdan y en su grandeza
y su gran corazón, deciden descender para compartir sus dificultades y
ayudarles."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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