La fecha de la Navidad coincide con el período de
apertura denominada “portales del año” y
equivalen a las 4 estaciones del año, apertura de canales de energía que tienen
adentro cualidades de fuerza; como por ejemplo, la apertura de la primavera que
tiene como cualidad de fuerza el irrumpir hacia fuera, el nacimiento, la
capacidad de brotar, de florecer.
En ese sentido la Navidad es el festejo cristiano asociado a
una apertura energética.
Las fiestas cristianas del mundo occidental que provienen de
la cultura hebrea; cultura ésta por personas que suelen investigar los
procedimientos del hombre frente a la vibración de la Naturaleza.
Según estos estudiosos lo más importante de nuestras experiencias
cotidianas es estar atentos a procesos de captación y manifestación de la
Alegría, que es el mejor combustible energético de nuestro sistema. Para estar
llenos de Alegría debemos “fabricar” situaciones que sean propicias al
desarrollo de la misma. Las Fiestas es
una de las oportunidades para cargarnos de esta energía.
En referencia a la Navidad destacamos que se realiza en la
apertura de un canal energético, lo raro, para algunos, es que las fechas no
coinciden. Normalmente las estaciones del año se dan cerca del día 21 (marzo,
junio, septiembre y diciembre) y por convención se tomó a este día como marco
de tiempo. Sin embargo, La Navidad se conmemora el 25 de diciembre.
El día 25 tiene mucha carga espiritual, ya que el número 25
= 2 + 5 = 7 y este número desde el punto de vista numerológico tiene relación
con el planeta Neptuno, que simboliza la potencia del mundo interno, las
religiones como filosofías o mapas de ruta.
La Navidad desarrolla específicamente el chakra del corazón,
que representa lo emocional, el amor; ya que por medio de Cristo, Jesús enseña
amarnos los unos a los otros. De este modo, a través de la Navidad podemos
entrar en contacto con esta vibración denominada “Crística”, experimentando un
contacto con la propuesta de desarrollo del amor, del amor universal. En esta
época del año, esta manifestación energética está más cerca de la Tierra y los
seres humanos podrán captar y llenarse de amor.
Para mantener la Alegría es importante que en la Navidad se
tenga una reunión que se caracterice por la abundancia. Abundancia en el
sentido de “muchos”: muchas personas, muchos familiares, muchas reuniones,
muchos colaboradores. Desde ya pónganse
en mentalidad para pasarlo genial, con alegría y amor, tratando de cuidar todos los detalles de una
gran fiesta.
Un capítulo aparte es el árbol de la Navidad que es todo un
símbolo. El pino, proveniente del hemisferio Norte, propio de la época invernal
es el árbol propicio. En el caso que vivas en el hemisferio Sur, se puede usar
cualquier planta, pero lo ideal es que sea natural, pero tratando que tenga una
forma direccionada hacia el cielo.
Los adornos también son simbólicos: estrellas que simbolizan
la Luz, la estrella de la punta del árbol, la de la punta de la forma triangular,
simboliza a la Estrella de Belén, estrella guía; las “bolas” con mucho color,
mucho brillo; las monedas de chocolate envueltas en papel dorado que simbolizan
prosperidad de dinero, de amor por el color dorado, etc.
Según los estudios de la filosofía judía este es un momento
favorable para tener una actitud de generosidad. Como estamos entrando en
contacto con la energía del AMOR, del AMOR UNIVERSAL, es un propicio momento
para cultivar la generosidad en todos los niveles.
Este es un momento para la Felicidad y de Amor.
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